Un historiador afirma que ya en 1312 Felipe el Hermoso organizo y agrupo, en una sociedad parisina que existe todavía a los –Courtiers-Gourmets-Piqueurs-, antecesores de nuestros catadores, aunque el catador como tal, no aparece hasta 1793, definiéndose como aquel cuyo oficio es probar vinos, no apareciendo en los textos el verbo catar hasta el 1813.
Una primera definición la que da el diccionario Larousse podría ser, ¨ apreciar, mediante el sentido del gusto, el sabor y las cualidades de un alimento sólido o liquido¨, siendo esta una definición muy restrictiva, la asociación francesa de la normalización la amplia definiendo la cata como, ¨ la operación que consiste en experimentar, analizar y apreciar los caracteres organolépticos y, más concretamente, los caracteres olfato gustativos dé un producto¨. Definición más amplia pero que no distingue entre cata analítica y hedonista, no estando ajustada del todo a la cata del vino, de hecho los enólogos prefieren, para su uso, una definición más precisa, que marque bien las cuatro fases de catar:
Catar es probar con atención un producto cuya cualidad queremos apreciar, sometiéndolo a nuestros sentidos, en particular a la vista, olfato y gusto, buscando sus cualidades y/o defectos con el fin de describirlos y expresarlos.
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.-La percepción por medio de los sentidos.
.-Descripción de las percepciones.
.-Comparación con respecto a unas
normas determinadas.
.-Juicio razonado.
Hay una gran diferencia entre beber y catar, lo que separa el mero acto de consumo, que es un acto instintivo, de la cata, que es un acto voluntario y consciente, es que en la cata se sigue un método y se ordenan las impresiones. Además el gesto de beber vino y su significado no son, en efecto, los de un bebedor instintivo, los vinos no se tragan simplemente; hay que saborearlos, no se busca calmar la sensación de sed, sino que el vino presenta una gama infinita de aromas y sabores naturales para quien quiera leerlos e interpretarlos. El buen vino, merece la aplicada atención de aquel que lo quiere conocer con el fin de que llegue hasta él, el mensaje de quienes lo han elaborado pensando en proporcionar placer a otros, es por ello que, para beber, el placer físico es suficiente; para catar, hace falta inteligencia y preparación.