Entrevistamos a Gregorio Gómez de bodegas Aleph Winery situadas en Manchuela, aunque están acogidas a la IGP Vino de la Tierra de Castilla.
Hola y bienvenido a la Vega Baja, Gregorio.
1. ¿Nos podrías decir cómo se inició tu pasión por el vino?
Mi pasión por el vino viene de muy lejos. Décadas.
Comenzó como una inquietud por conocer este complejo mundo y se desarrolló durante muchos años probando muchos vinos y muy diversos, de nuestro país y de fuera de él, acudiendo a catas, eventos, foros, etc.
Dar el paso de cruzar al otro lado y embarcarme en Aleph Winery, fue un hito en mi vida. Nunca me había planteado la posibilidad de hacer mi propio vino.
Las circunstancias quisieron que se dieran las condiciones propicias para aliarme con mi hermano y con un buen amigo para emprender esta aventura.
El punto de partida fueron los viñedos de mi madre cuya uva siempre se había llevado a la cooperativa. Pensamos que era una pena no sacar más partido a unas viñas viejas con un gran potencial y empezamos por una de ellas.
Fue nuestro Aleph merlot-petit verdot de 2013. Desde entonces han pasado muchas cosas y nuestro proyecto ha ido creciendo.
La incorporación de Francisco Bosco, nuestro enólogo, supuso un punto de inflexión con una aproximación a los vinos naturales y la biodinámica.
Ahora hacemos más de 12 vinos distintos cada año, casi la mitad de ellos son naturales y el resto mínimamente sulfitados, buscando siempre la pureza en la expresión del terroir.
2. Cuéntanos un poco la filosofía de la bodega y el equipo que la formáis.
La bodega la fundamos tres socios: mi hermano Alberto, que es el viticultor, Luís, un buen amigo, y yo. Francisco Bosco es nuestro enólogo, que hace las veces de director técnico y comercial, dado que se trata de una bodega pequeña (sobre 25.000 botellas anuales).
Nuestro origen se vincula a La Manchuela a la que consideramos una zona privilegiada para la elaboración de grandes vinos:
a.-el carácter calizo de sus suelos,
b.-su altitud por encima de 700 m.s.n.m
c.-y una climatología continental con influencia mediterránea,
Son factores que en una misma ecuación generan intensidad aromática, sanidad natural del viñedo y taninos marcadamente minerales.
La comunión de estos factores con nuestra viticultura de bajos rendimientos ofrece vinos blancos muy intensos y tintos con una potente estructura, una intensa acidez natural y un alto potencial polifénolico (taninos), por lo que se trata de vinos con una gran capacidad de guarda.
Posteriormente hemos explorado otros terroirs con la idea de recuperar variedades y suelos de alto valor paradójicamente destinados al abandono. En 2016 empezamos a vinificar varias parcelas de viejas mersegueras en el Alto Turia, algunas de ellas por encima de los 1.000 m. de altitud y estamos gestando un proyecto minimalista en La Colilla (Ávila).
No somos fundamentalistas de los vinos sin sulfitos, pero hemos comprobado que en muchas de nuestras elaboraciones, la ausencia total o las dosis muy reducidas de éstos nos permiten extraer con más suavidad el carácter calcáreo de nuestros cepajes blancos y tintos.
A partir de la cosecha 2017 buscamos intensificar aún más la vida microbiana y fauna de nuestros suelos a través de aplicaciones complementarias de preparados biodinámicos calendarizados.
El equipo Aleph es una familia apasionada por la tierra y por el vino que no deja de soñar, de disfrutar con la búsqueda continua para intensificar la identidad y la personalidad de nuestras elaboraciones.
Somos conscientes de que a través de la innovación validada se crean tradiciones que trazan nuevas maneras para ofrecer placer y originalidad en los paladares: nuestra mayor satisfacción es simplemente generar experiencias de placer.
3. Y, ahora que ya se acabó la vendimia 2018. ¿Qué tal esta cosecha y qué esperas para tus diferentes vinos de la misma?
A este respecto, nuestra precepción seguramente difiera de la de la mayoría. Nosotros buscamos rendimientos muy bajos, primando la calidad de la materia prima. Para ello no utilizamos riego, ni productos agrotóxicos o fertilizantes.
Este año prometía una gran cosecha por la abundancia de lluvias, pero la continuidad de las lluvias en época de vendimia ha generado altos niveles de pudrición con mucha uva de mala calidad.
En nuestro caso, la biodinámica y los bajos rendimientos han demostrado ser un arma perfecta para protegerse de fenómenos como estos.
Es cierto que nuestra producción es ridícula comparada con la mayoría de nuestros vecinos, pero a cambio de eso, los racimos están sanos y son de altísima calidad.
Este año los mostos y los vinos ya terminados prometen muchísimo y creemos que en nuestra bodega va a ser una gran añada.
4. ¿Cuáles son los pasos para reconocer un buen vino y cómo saber en cada momento del año cómo va el viñedo en tu zona, cuáles serían los factores principales que te mueven en tu día a día?
Reconocer un buen vino cuando está elaborado y en un buen punto de madurez para su consumo es relativamente fácil. Casi todo el mundo sabe identificarlo y aprecia un buen vino cuando lo tiene en la copa.
Lo difícil es anticipar cuando una uva o un mosto va a ser, con el tiempo, un gran vino.
Para eso se requiere una expertise que solo se consigue con el tiempo y que, aún así, no siempre está al alcance de todos. Por eso solo algunos enólogos llegan a ser auténticos maestros en este arte.
Nosotros contamos con uno de ellos, que es Francisco Bosco, cuya experiencia de muchos años en Francia, con algunos de los vignerons más reputados le ha proporcionado esa rara cualidad.
Francisco trabaja la viña cada día, conoce cada cepa y está pendiente de todos los detalles. Es obsesivamente riguroso con todas las tareas de la viña y de la bodega, incluidas las más insignificantes. No deja un solo cabo suelto y ese alto nivel de autoexigencia se nota en el producto.
5. ¿Cuál es la parte difícil de ser enólogo? La vendimia, las fermentaciones, la lluvia…
Evidentemente los factores que no puedes controlar. El principal de ellos es la meteorología. Puedes elegir los suelos, dentro de unos límites, los clones, la forma de podar o el tipo de viticultura, pero no puede elegir la temperatura o el momento en que la lluvia es una bendición o una pesadilla.
6. ¿Qué nos puedes contar sobre la gama de vinos de tu bodega?
Después de unos inicios con lógicas fluctuaciones en la definición de las líneas de producto y en la imagen de nuestros vinos, tenemos un esquema muy estable que se articula en tres gamas:
Gama Tradition, que recupera la mejor tradición vinícola de nuestra tierra con un aire de renovada modernidad. Con ella buscamos la alianza entre las variedades “de siempre” y aquellas que se han adaptado especialmente bien a nuestros suelos y microclima. Creamos sensaciones amables y singulares para satisfacer una amplia paleta de paladares que buscan armonía, identidad y elegancia. La complejidad y profundidad de nuestro estilo propio se percibe en cada botella.
Gama Prestige, que incluye vinos singulares, de alta calidad, caracterizados por su elegancia y su personalidad. La mayoría de ellos son vinos de larga guarda, a los que hay que dar tiempo para que exhiban sus cualidades en todo su esplendor. Se trata de vinos obtenidos a partir de los mostos flor de parcelas excepcionales en las que se realiza una rigurosa selección de los racimos. Cuando tienen crianza en madera, se realiza también una selección individualizada de las mejores barricas.
Gama Natural, que son vinos monoparcelares, de viñedos seleccionados por su geología o antigüedad. Expresan la pureza del varietal y, especialmente, de los suelos en que son cultivados. Para ello los vinificamos sin aditivos enológicos con una técnica impecable que no tolera defectos y que busca una experiencia palpitante y fluida en el degustador.
En total hacemos unas 25.000 botellas de 12 vinos diferentes, algunos de los cuales no llegan a las 250 botellas. Nos gusta experimentar y buscar la elaboración más adecuada para cada parcela y variedad.
7. ¿Con qué vino te sientes más cómodo a la hora de explicarlo al público objetivo, el consumidor de vino diario, y por qué?
Todos los vinos que hacemos tienen su razón de ser. De lo contrario no los haríamos.
Otra cosa es que cada uno tenga su público y su momento y, en función de eso, puede ser más fácil explicar uno que otro.
Por ejemplo, la gama natural es muy fácil de defender entre los amantes de este tipo de vino, porque no es fácil encontrar vinos sin sulfitos con una factura tan impecable.
Los vinos de la gama tradition tienen un precio imbatible para el nivel de calidad que ofrecen. Un vino que siempre suscita mucho interés es nuestro blanco de bobal. Es seguramente el único blanc de noirs hecho con nuestra variedad autóctona por excelencia.
8. En este momento tan actual de grandes bodegueros y grandes vinos en toda España, donde la competencia es tan grande ¿hacia dónde enfocarías tus esfuerzos?
En nuestro caso, tenemos claro que nuestro objetivo es hacer vino de calidad. Quizá no sea lo más rentable, ya que es un mercado mucho más reducido en el que la competencia es muy fuerte, pero es lo que nos satisface.
Ninguno de los que estamos en este proyecto lo hacemos por necesidad y no invertiríamos tanto esfuerzo para hacer un vino corriente, aunque dejara más beneficio.
La calidad y la diferenciación basada en la personalidad del vino y en la capacidad de expresar el terruño del que procede son los principales argumentos en un mercado tan diverso y difícil.
Muchas gracias por tus palabras y nos gustaría despedirnos de ti agradeciendo, desde la I Feria de Vinos y Alimentos de La Vega Baja, tu tiempo y esperando volver a verte pronto.
Un brindis por Aleph Winery.